Wadi Natroun, el lugar donde nació El Principito

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He creado este post tras leer el magnífico artículo de Francisco Javier Tostado, su última entrada.

Uno de los viajes más apasionantes que haya tenido ocurrió en Egipto, concretamente en un oasis, y otro de los viajes que más me han apasionado ocurrió en el mismo lugar, un año después. Llegué sola, en autobús desde el Cairo. Esta vez llegué para quedarme un tiempo, para dejarme llevar por las dunas del misterio y desarrollar un vínculo especial y claro con la tierra del oasis llamado wadi natroun y sus gentes. Allí, dos acontecimientos lo harían famoso. En realidad tres. Existe en dicho oasis o wadi un lago, el Hamra, llamado así por su color rojizo, especialmente cuando el sol comienza a ponerse. Los rayos se filtran por entre sus aguas, un lago salado, el lago del oasis natrun, es decir, de nitrato de sal.

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Increíblemente bello, este lago tiene una leyenda o quizás no se trate de ninguna leyenda. Cuentan que cuando Jesús, María y José huyeron a Egipto, llenos de cansancio llegaron a este punto. Un lago. Tenían sed, mucha sed. Pero el lago era salado. Peligrosísimo para beber con tantos días de hambre y sed. Jesús realizó posiblemente su primer milagro, y del centro del lago apareció un surtidor de agua dulce. Hoy en día, en medio de este lago, también llamado Maryam (María), surge una corriente de agua dulce que, a pesar de la densidad salina, no llega nunca a mezclarse con ella. Llegar hasta el centro del lago tiene algún que otro riesgo, pero no es peligroso. Una serie de rocas van llevando al viajero hasta el punto donde el agua es dulce, aunque yo, por si acaso, bebí muy poco de ella; ya se sabe, hay que tener cuidado con según que aguas en Egipto.

Mucho antes de esta historia, durante las dinastías faraónicas, el lago del oasis natrun era un lugar imprescindible en  el proceso de momificación. Desde el Alto Egipto traían los cadáveres hasta el wadi, en un punto separado entre El Cairo y Alejandría, allí donde sólo hay desierto, de repente aparece el oasis donde sumergían los cuerpos y los dejaban en sal para limpiar, higienizar, y secar el interior y exterior de los mismos. Un viaje largo de los muertos preparándose para el más allá.

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Luego, aquél lugar fue el más importante en la zona de Egipto, ya que se construyeron numerosos monasterios durante los primeros tiempos del cristianismo. La mayoría de los monjes vivían en celdas y eran ascetas, es decir, llevaban una vida totalmente austera, incluyendo el sacrificio y auto flagelación. Una cantidad de monasterios que rodeaban aquel lago y mucho más allá, hoy destruidos por el tiempo, excepto por cuatro, dos de ellos en activo. Las doctrinas esotéricas eran muchas, así como las sectas que se fueron formando, pero es posible que ya existiesen grupos de iniciados en la época pre cristiana. Allí los monjes olvidaban sus vidas familiares, lo daban todo y se hacían pobres, algunos curaban a los enfermos, otros tenían conceptos sobre la figura de Dios que más tarde serían condenados. Uno de ellos, que incluía a mujeres también, mostraba con pruebas irrefutables que para sanar el mundo el ser humano tenía que desaparecer. Y para ello ninguno de ellos ni ellas tendría hijos. Su meta era erradicar la figura humana de la faz de la tierra. Los ofitas, que tenían sus propias ideas sobre la sabiduría de la metafísica en relación con el Creador. El concilio de Nicea condenó a todas estas sectas, y hoy aquel lugar tan lleno de sabiduría se ha quedado en casi nada.

En siglos pasados había una fuente. Hoy no existe. Sin embargo, mirando y observando, una pequeña palmera frondosa solitaria, me da a entender que muy posiblemente estaba en aquel lugar, aquella fuente de la que se alimentaban y que el desierto les proporcionaba para sus necesidades religiosas y en sus hospitales, ya que un principio era el de ayudar a los enfermos, y allí acudían muchos.

Hoy Wadi Natroun ha sido recuperado por el gobierno egipcio, donde se ha instalado una atracción ecológica para familias enteras, donde se respeta el ecosistema. Pero aunque conocí tal proyecto, e incluso casi llegué a formar parte de los inversionistas extranjeros, me di cuenta del doble juego: el gobierno egipcio ya había pensado en adquirir el área, pero necesitaba ideas. Y ahí les dimos algunas.

Cuando visité el lago Hamra o Maryam, no existía todavía per se tal centro de turismo ecológico. Aquello era un lugar solitario, en medio del desierto. Alrededor, solo dunas y más dunas, excepto por el Monasterio Saint Bishoy y Macario. Luego una carretera que me llevaba al Cairo o a Alejandría, dependiendo de mis intereses por la arquitectura…. o por el mar.

Fui varias veces. Pero una de ellas fue la más maravillosa de todas. No existía casa alguna, excepto la que habitaba un militar retirado con su esposa y un par de sirvientes. Seguramente protegían la tranquilidad del lago. Visité aquella casa, que tenía muchas reminisencias de las masías catalanas, lo cual me sorprendió. El tal militar retirado me invitó a pasar cuantos días quisiera en aquel remanso de paz. La verdad es que en aquel lugar el silencio era el más denso que haya sentido nunca. Y dicen que, si nos acercamos al lago en la inmensidad de dicho silencio, una noche de cielo raso y estrellado, podremos escuchar el sonido de las esferas. Aquello me conmovió porque había leído sobre ello. Ese sonido que existe, pero que no podemos escuchar. Pues bien, el lago Hamra es uno de esos lugares en el mundo donde el silencio es tan intenso que se puede escuchar la rotación de la tierra. Increíble?

Sentir en la inmensidad del silencio que me embargaba, tanta vida al mismo tiempo.

Una vez escuché ciertos sonidos motrices que emulan a dicho movimiento de rotación en un video. Y mi sorpresa fue grande cuando el autor los llamó «Carmen».

De pequeña, cuando tenía unos seis años, recordaba un sonido mecánico, un sonido que era un recuerdo, de no sé dónde, y cuando supe sobre el sonido de las esferas me pregunté si no sería eso lo mismo.

Pero… no me quedé aquella noche en la casa del militar retirado. Ni ninguna otra noche. Había algo que no me cuadraba mucho en el diálogo que mantuvimos. Y… sola en la inmensidad de la casi nada… un amigo me aconsejó desistir de quedarme. Yo creo que me salvó de algún hipotético problema.

Se cree que este área es donde tuvo el accidente de aviación Antoine de Saint Exupéry, y que dió origen a la historia de El Principito.

También es interesante saber que la turba de monjes que llegó a Alejandría y asesinó a Hypatia provenían de este mismo lugar; monjes ascetas con un grado extremo de intolerancia y fanatismo. Algo que nos recuerda hoy en día al estado del mundo, aunque las cartas esta vez hayan sido cambiadas.

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No me quedé en el lago. Pero me quedé en Wadi Natroun varios meses. Visitaba el lago varias veces, pero también este monasterio copto,  y luego me fui más allá, a una pequeña ciudad en medio del desierto. Pero eso será tema para otro post… 🙂

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«Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan»

Proverbio Arabe

Imagen de cabecera: Wadi El Natroun https://www.touregypt.net

Imágenes:

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Monastery of Saint Pishoy, Wadi Natrun, Egypt




7 respuestas a “Wadi Natroun, el lugar donde nació El Principito”

  1. Buenas tardes, Carmen. Me he sentido bien leyendo tu relato. El carácter legendario, la seca belleza y, sobre todo esa inmensa soledad que nos deja oír el silencio, incluso el sonido de las esferas que mueven el universo. Y lo inquietante de la soledad.
    Gracias y un abrazo.

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    1. A tí, muchas gracias por este comentario tan bello.

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  2. Hola Carmen,
    me alegra sobremanera que tras leer mi artículo de hoy te animaras a escribir el tuyo en el blog. Imagino que te trajo recuerdos y por lo que he comprobado, tú sí que has vivido la experiencia de estar en el desierto. Unas fotos y un viaje inolvidables, sin lugar a dudas.
    Abrazos y gracias a ti por este regalo.

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    1. Gracias a tu escrito he sentido eso que siempre sentía allí, una pasión increíble por la vida y por toda la existencia en sí misma, seguramente algo que el conde Almásy también sintió con mucha pasión además. Un fuerte abrazo! Gracias!

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  3. Magnífico trabajo y reflexión!

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    1. Muchas Gracias! Sigo tu blog y en cuanto tenga un tiempo este fin de semana me paso a comentar tus escritos sobre viajes. Abrazos 🙂

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      1. Muchas gracias… Sin prisas, que es como mejor se hace un viaje!

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