Niños llevando la comida a su padre

8 respuestas a “Niños llevando la comida a su padre”

  1. Estas cosas me conmueven mucho….¡Cómo una fotografía puede hacernos sentir tantas cosas!
    Un abrazo querida, que tengas una feliz semana.

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    1. Querida Amiga, como dicen, a veces una imagen vale mas que mil palabras. En este caso prefiero mostrar lo que sientes sin mis palabras. Gracias por visitar el blog 🙂 . En unas horas es Lunes y pasaré a visitarte, muchos abrazos!

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  2. Maravillosa fotografía Carmen. Ha despertado los recuerdos de mi infancia cuando solía llevar comida a mi abuelo por las laderas de los montes.
    Como se puede capturar el tiempo para que descifremos las circunstancias alrededor de ese momento. Muchas gracias mi amiga.

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    1. Hola, Apreciado Amigo. Supongo que serán recuerdos más gratos que no gratos? Bueno, así lo espero. Mi madre también me recordaba que de niña le llevaba la comida a su padre. En aquel entonces él trabajaba en arreglos de lugares importantes en materia de construcción. Y así, ella iba cada día a llevarle la comida, caminando desde bastante lejos, hasta llegar al arco del Triunfo, que era donde trabajaba. Y una vez parece ser que entró en una galería cercana a la obra. Y no sabía bien dónde estaba. Cuando de repente un montón de murciélagos que estaban allí en la oscura galería, al oir ruidos de ella comenzaron a volar en todas direcciones. Ya te puedes imaginar el susto que se llevó.

      Muchos abrazos y feliz fin de semana ya, que se acerca.

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  3. Es para troncharse de risa pero también de terror la anécdota que me cuentas Carmen. A cualquier edad esos animalillos nos hacen correr.
    Los mios son gratos recuerdos de paseos por las praderas. No debieron ser largos trechos pero así me lo parecían. En julio el sol a mediodía era abrasador y mi hermana se protegía con un sombrerito, descansábamos junto a los llamados Ojos de agua (los menciona Galeano en las Venas Abiertas). Pero lo más rico era sentarse a comer en los montes aquella sencilla comida de campo junto al abuelo.
    Esperando por acá unos días muy lluviosos debido a que la depresión tropical que ahora se localiza en el pacífico se convertirá en un huracán (Carlos), aunque continuará su trayectoría un tanto distante de tierras mexicanas.
    Abrazos afectuosos y un feliz fin de semana para ti también.

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    1. Me ha gustado mucho lo que has escrito. Esos recuerdos son imborrables, además la figura de un abuelo siempre es tan especial, para mí también. Cuando somos chiquillos nos parecen increíbles las distancias. Seguramente caminabais mucho, pero si fueras ahora creo que te sorprenderías por lo de caminar mucho, pero es así. A mi me pasó cuando volví a ver el barrio donde vivía. Primero la casa me pareció pequeña en comparación como yo la recordaba. Y la calle que cuando eramos niños nos llamaban la atención al cruzarla porque los mayores nos decían que era peligrosa… hoy por hoy me río de esa peligrosidad. Recuerdo haber escuchado (o leído) eso de los ojos del agua. Sin embargo no recuerdo bien qué era. Hace mucho que leí el libro y unas cosas se me quedaron para siempre en la memoria, y otras no tanto.
      Espero que el tiempo no signifique problemas donde vives. Cuidate y nos volvemos a escribir. Un fuerte abrazo Demian.

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  4. En la infancia se vive en otra dimensión. Todo nos parece inmenso: la casa de nuestra infancia, las calles y con mayor razón me lo parecían los trechos para lllegar a los enormes cerros donde cultivaban mis ancestros. Ojos de agua se refiere a pequeñas aberturas que hacía la gente en las rocas para que se colectará en ellos el agua pura que fluía de los manantiales. De niños nos decían:- tengan cuidado porque se les pueden aparecer los chaneques (pequeños hombrecillos que emergían del agua).
    Por lo menos hasta esta mañana el sol está radiante, pero esos fenómenos si algo tienen es que son impredecibles.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Cuánta inocencia, es tan hermoso recordar estas cosas. Tengo amigas y amigos de cuando yo tenía unos 8 años, con los que jugaba, hacía los deberes y visitaba a sus casas y ellos a la mía. Y hoy en día, cuando recordamos estas cosas nos parece muy bonito pero también vemos cómo las cosas adquirían otra dimension. Y quizás porque todavía no habíamos visto otras cosas para poder comparar. Esos hombrecillos… qué historias o quizás alguien les dio nombre porque vería algo fuera de lo normal algún día. Jajaja, muchos besos amigo!

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