Celebration of Twin Flame Love
Twin Flames: Llamas Gemelas
Soul Mates: Almas Gemelas
INTRODUCCION
«Me ocurrió. Puedo decir que lo viví. Llegar a comprenderlo me tomó tiempo, me tomó dudas, sorpresas, laberintos… Antes de conocernos caminábamos por un sendero muy similar, lejos el uno del otro, hasta converger en un instante mágico. Yo no supe o no pude comprender en aquel momento más que era muy feliz. El instante mágico le hizo sentirse transportado, sus escritos le cayeron al suelo de las manos, y allí se dispersaron, mientras sus ojos me miraban con la sorpresa de quien encuentra a quien desde hacía mucho se ha añorado, un espíritu familiar, alguien conocido, y mientras, yo observaba en silencio, con felicidad profunda e inesperada su rincón hecho de maderas preciosas, albergando la fuente de tanta sabiduría.
El… procuraba y conseguía en todo momento hacerme sentir única.
Yo… no sabía que los textos de Omar Khayyam serían más tarde vividos por mí intensamente, con una sensación de embriaguez de amor nunca antes sentida, mientras mis palabras salían a trompicones cuando hablaba a quienes estimaba, cada vez que hablaba de él, como si estuviese ebria: lo estaba de Amor.
Mi Sabio Rey, dueño sin duda de caminos y aposentos milenarios, cuyos cimientos resguardaban una Verdad. Inexorablemente había una Verdad. Y ambos intentábamos esquivarla, sabiendo que ya estaba allí, que había estado siempre allí. El abrazo cegador de Amor Divino que nos unía…Sus esperas, sus preguntas, sus apariciones sorpresivas.. Apariciones como lo haría un artista de las risas a la niña cuya alma quiere ver siempre sonreir, para también él poder así ser feliz…
Nuestras miradas suspendidas en instantes infinitos, mientras el mundo giraba a nuestro alrededor. Esas manos suyas cubriendo su rostro, la sorpresa mía al verlo llorar… Su protección, nuestros pensamientos al unísono, nuestros suspiros al unísono, nuestras sonrisas al unísono, nuestro miedo al unísono…
Y luego, en la oscuridad, apenas quebrada por una luz lejana, mis pensamientos en voz alta y sus palabras tranquilas que nos dirigían más y más a una realidad.El libro que leía, y que decía: «AMA! Pues si no lo haces, morirás sin haber conocido nunca la verdadera razón de tu existencia…» Su mirada feliz cuando yo lo miraba. Su mano, apoyada en mis libros, desmayado en tristeza… Su Voz cálida, llamándome… llamándome.
Sus sueños, que yo soñaba, nuestro caminar de idéntico paso, extrañamente idéntico… Sus llamadas a mis misivas, sus regalos a mis simples preguntas. Yo sólo pedía una flor… El ofrecía entonces el Edén entero a mi corazón…
Las gentes se preguntaban por qué yo no comprendía. Por qué no podía comprender aquella verdad. Y él se encerraba en su mundo, se encerraba. No salía. Rezaba. Lloraba…
Luego, abría la puerta, muy despacio, entonces nuestros rostros se sorprendían frente a frente, y …él ya no estaba triste, solo sonreía. Ya no podía estar triste cuando nuestros rostros se miraban tras dura batalla. Era imposible.
Mis bromas que él muy bien comprendía, que repetía a quienes lo acompañaban. Aquel puente a medianoche. Aquel puente donde me hizo sentir única.
¿Cómo olvidarlo?
Aquellas escaleras en cuya cúspide él me esperaba, sin haberme dicho nada. Esperaría lo que hiciese falta. Esperaba tranquilamente a que yo decidiese subirlas una a una, ignorando que el docto sabio me daría tiempo, me daría la calma, sin relojes, sin esferas, tan solo los latidos de su corazón, que marcaban el ritmo de sus silenciosas caricias a mi alma…
Entonces comprendí por qué aquel lugar había sido tan deseado por mí, incluso antes de visitarlo. Supe por qué quise caminar entre los largos caminos de estatuas blancas cuya infinita belleza exaltaba mis sentidos, hasta el punto de hacerme llorar. Comprendí por qué sin haberlo nunca antes visto llamaba a todo aquello el esposo, el amante, la causa de mi felicidad.
Y más tarde sabría que nuestro encuentro no fue fortuito; supe muchas cosas que iluminaron mi impaciencia y dolor. Que aquello había sido escrito en algún lugar del cielo, para aprender, juntos, el significado del Amor Verdadero.
Supe por qué tuve una Noche Oscura del Alma poco antes de encontrarnos, aquella Noche Oscura del Alma, preludio que ocurrió en un lugar perdido bajo la luna, junto un joven inocente de blanca túnica que permaneció a mi lado durante todo el tiempo que duró aquel doloroso trance. Supe que el joven de blanca túnica estuvo allí por una razón precisa, mientras sus lágrimas decían al terminar aquella noche que yo había comenzando a transformarme en su Maestra… Y luego, seguí caminando.
Y si el Amor Universal, si el Amor Místico anidaban en mí desde hacía mucho tiempo, se acercaba el momento de Amar y ser Amada de la forma más sublime que dos seres se puedan amar…
Supe después que encontrarnos significaba un gran reto, cuando los mortales no podemos recibir tales presentes, cuando dos Llamas Gemelas solamente se ven desde puntos separados por la vida y por la muerte. Sin embargo pudimos ver y sentir Alma, Cuerpo, Mente, Espíritu, todo en un mismo instante; dos fuegos cuya llama se alza al Plan Divino… Y todo aquello significaría luego muchas cosas para cada uno de nosotros: El Amor sin Condiciones, la disolución del Ego… todo ello fue el motivo de aquel encuentro que habíamos creído fortuito.
Tras la separación caminamos por senderos pararelos sin darnos cuenta. Yo, con mi mente puesta en una historia que quería escribir algún día, una historia urdida en mi corazón mucho antes de conocerle. El, sin saberlo, o quizás si, con esa misma historia en mente que un día publicó.
La misma historia, desde su punto de vista de hombre, protagonista el hombre, mientras que la mía, yo era la mujer, en la misma historia, protagonista de una biografía de ficción. la misma historia, situada en el mismo siglo antiguo. La misma escena… como podría aquello ser? Cada vez me doy mas cuenta de que lo es, mi llama gemela, pero no pudo ser terrenal por mucho que él insistiera, no sé por qué, pero no pudo ser.
El sabe de mí. Yo también sé de él . De vez en cuando me acerco para saber que está bien. Tras la separación, pudimos comenzar a mostrarnos a nosotros mismos lo que significa Amar sin condiciones, velar por quien deseamos saber siempre feliz, sin importar la compañía, sin experimentar el más mínimo sentimiento negativo hacia el otro a pesar de la difícil prueba a la que fuimos, por nuestro bien, sometidos. Fuimos en muchos momentos Uno. Pero quizás en otro lugar, en otro plano, en otra situación llegará el momento de ser Uno, la llama primigenia, la esencia sin dualidad. Para siempre.
El recibe premios y halagos por su historia, mientras yo releo la mía con un sentimiento en el corazón que me dice: sois uno. Nuestra sincronicidad nos ha llevado muchas veces a estar a la vez en el mismo lugar, sin él o yo saberlo. Nos lo han dicho nuestros dulces amigos. Recibimos nuestras notas, deseamos el bien del otro.
Supe lo mucho que sufrió, y que en un corto tiempo, su rostro ha envejecido…»
( Notas de mi diario )
Carmen~.
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